viernes, 13 de marzo de 2015

¿QUE CUALIDADES TIENE UN BUEN PROFESOR DE YOGA?

 
 
El yoga no es un deporte. Un buen profesor de hatha-yoga no es un contorsionista. Un gimnasta  o bailarín, puede hacer  asanas mejor y de forma más estéticas que un profesor de yoga. El yoga no es  una religión o un dogma, no es una simple terapia. El yoga es el método de desarrollo  humano  más antiguo  del mundo cuyas técnicas han sido probadas a lo largo de milenios.
 
 
Yoga es la unión del cuerpo, la mente y del Ser con la Mente Universal. Toda forma de yoga que dice no ser “espiritual” no es yoga. Yoga incluye todo, el cuerpo, la mente y el espíritu.
 
El maestro de yoga  enseña a sus alumnos donde buscar para encontrar su propio maestro interior. No hay mejor maestro ni más inspirador que el interior y el buen maestro exterior  te conduce al maestro interior.
 
¿Qué hace a un buen profesor? Aunque cada uno es diferente, hay algunas características que tienen en común los mejores profesores de yoga que  he conocido  en mi  vida:
 
Tiene experiencia en el yoga: además de experiencia enseñando, es importante que sea un verdadero yogui. El mejor profesor es el mejor estudiante. Esto no quiere decir que deba ser muy flexible, muy fuerte o atlético. Si tiene un aspecto saludable y se percibe que vive lo que enseña. Más que practicarse, el yoga se vive. No se puede transmitir lo que no se ha experimentado.
 
 
Tiene una formación certificada: Esto quiere decir que haya aprendido de un maestro,  una escuela, tradición o linaje de yoga autentico y de calidad reconocida. Como mínimo una formación de 200 horas reconocida por el Yoga Alliance y que practique diariamente su sadhana (practica de yoga personal). Y que su formación continúe en el tiempo. En la tradición de la india, el discípulo vive con el maestro por unos 12 años (Gurukula) y lo más cercano para un occidental a ese aprendizaje es la convivencia continuada por periodos de tiempo de varias semanas con su maestro y esto se puede realizar en los cursos de yoga. Los títulos no son una garantía de ser buen profesor pero desde luego es un buen referente ya que las titulaciones reconocidas requieren de una inversión elevada de tiempo, dedicación, esfuerzo e inversión financiera que implican el aprendizaje de la filosofía Vedanta del yoga, estilo de vida saludable y yogica, principios ayurvedicos  además de estudios de anatomía, técnicas de enseñanza de asanas, pranayama, meditación  etc…
 
 
Es compasivo y entregado: un yogui vive en el amor y la compasión  y un profesor de yoga fundamenta su enseñanza en él. Implica que tenga amor hacia lo que está haciendo, hacia sus estudiantes, hacia la tradición. Pone el corazón en lo que hace y sabe conectar con los alumnos transmitiendo con su ejemplo y  con su actitud lo que es el yoga. El amor nos hace estar al servicio del otro, comprenderlo y ser sensible a sus necesidades. Los profesores de yoga reconocen lo que sus estudiantes están experimentado, están siempre atentos . Aunque intentan llevarlos cada día un poco más allá, incitando a que relajen su mente y con ella su cuerpo, ayudando a profundizar en las posturas, superando miedos y límites mentales. La entrega quiere decir que una clase es una oportunidad para compartir un conocimiento universal y que el profesor no es más que un vehículo. Un buen profesor de yoga se desprende de su ego y transmite las enseñanzas que a su vez le fueron transmitidas a él.
 
 
 
 
La voz de un profesor de yoga es quizás su herramienta más poderosa: Ser capaz de dirigir con seguridad un grupo de personas dentro y fuera de las posturas utilizando sólo las palabras puede ser un reto suficiente, pero hacerlo de una manera suave y clara que mantenga el flujo de la clase es la marca de un gran maestro.
 
 
 
Es positivo: Hay profesores que brillan como el sol y esto hace que nos contagien de su visión positiva y entusiasmo. Es algo así como que el amor se extiende a la vida y celebran cada manifestación del absoluto, y cada paso de crecimiento, como algo maravilloso. Porque además de tener esta entrega y sensibilidad para hacernos sentir protegidos y en un lugar de tranquilidad, también es importante que nos haga sentir felices y motivados. Los profesores de yoga queme han inspirado profundamente, se sienten bien en su propia piel y nos hacen sentir lo mismo. Nos incitan a amar nuestra práctica, a fluir con la vida y amarnos a nosotros mismos en el proceso.
 
 
Es una inspiración: el papel del profesor de yoga no es ser un gurú espiritual, pero sí es una figura que nos enseña más allá de unas posturas. Ha de tener la sabiduría  para incentivarnos a  querer ser un poco mejores, a reconocer que somos más que el cuerpo y la mente.
 
 
Tal vez el punto más importante que destacaría de buen maestro de yoga es que  a demás de ser humano (con sus características naturales y sus necesidades) , es ante todo un faro  de luz y que generosamente  comparte esa luz con todo el que le rodea, irradiando Paz y armonía  lo que hace que estar en su presencia despierte nuestra propia luz.
 
 
 
 
Gracias a mis maestros  por entregar tanta Luz y mostrarme mi  luz interior para con humildad transmitir las enseñanzas del yoga y continuar aprendiendo y bebiendo de la fuente de sabiduría del Yoga.
 
Om Shanti
 
Amalia Shakti
YOGA VIDA SALUDABLE
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario